Queridos vecinos de Santiago,

Soy María Teresa Viera-Gallo Chadwick, tengo 36 años, vivo en Santiago Centro y quiero contarle porque me entusiasmé con la idea de ser concejal por la comuna. Nací en una familia donde hablar de política era una actividad cotidiana. Donde me enseñaron que la política era la base de la vida en sociedad y el camino por el cual las personas llegan a acuerdo y son capaces de gobernarse y vivir en armonía. Vengo de una familia heterogénea, con ideas diversas de la vida y la política, pero que ha sido capaz de entender que esta diversidad hace bien, que nos ayuda a crecer y que es posible construir desde la diferencia, sin odiosidades ni descalificaciones.


A los dos años salí de Chile para vivir el exilio de mis padres a Italia, crecí con la imagen de un país lejano, idealizado por mis padres, que se me hacía realidad en sus relatos. A los 13 años volvimos para quedarnos, estudié comunicación audiovisual, motivada por la necesidad de encontrar una herramienta para descubrir mi país. De esta forma, mi trabajo se ha centrado siempre en la contemplación del ser humano y las grandes cosas que éste puede hacer cuando se lo propone.

Tengo dos hijos pequeños: Laura y Salvador. Dos niños que me he esmerado por educar en la vida real. Es por eso que hace varios años elegí vivir en Santiago, una comuna que me atrae y seduce por su diversidad, donde coexisten diferentes clases sociales y realidades, una comuna que es como un pequeño Chile y que he aprendido a querer con todos sus problemas. Por eso acepté este desafío que para muchos puede sonar a locura, porque creo que Santiago puede convertirse en un lugar mejor, donde hayan espacios para el reencuentro de los vecinos, con vida de barrio, donde se respeta y protege el patrimonio arquitectónico, una comuna segura, que integra y acoge a sus anciano, una comuna que llega al Bicentenario con una cara distinta más solidaria y acogedora, porque más allá de sus problemas… yo amo Santiago.